Desde ayer en la noche hay quejas continuas porque la gente no se podía comunicar ni vía teléfono fijo ni vía móvil. Incluso Alan comenzó a decir que había que investigar a las empresas de telecomunicaciones por ello. Este tema (que por si acaso a mí también me afectó porque no podía comunicarme con mi esposo, lo cual me preocupaba ampliamente) ha sido recurrente luego del terremoto, y me ha tocado porque yo trabajé muchos años en telecom en Lima y sigo trabajando en el sector ahora en Canadá.
La gente está indignada, es comprensible, pero no se puede llegar al extremo de decir que las empresas son incompetentes o que las redes no estuvieron lo suficientemente preparadas para estos casos de emergencia. Es lógico que si demasiadas personas intenten llamar al mismo tiempo, la red se sature. Se debe recordar que las redes de telecomunicaciones en todas partes del mundo se diseñan sobre la base de modelos estadísticos que predicen un nivel de carga razonable y un nivel de contingencia para soportar tráfico promedio de un día razonable. Recordemos además que ni en el día de la Madre ni en Navidad se cuenta con comunicación fluida, dado que cualquiera que haya trabajado aunque sea brevemente en telecom en Perú puede decir que esos son los dos días pico de tráfico telefónico. Ojo que en el 11S también se cayeron las redes celulares. Respiremos hondo y pensemos antes de omitir opinión.
(en una PD payasa puedo decir que esto viene de haberlo leído en el blog de inBITado de El Comercio y que una respuesta venía de un peruano canadiense que citó los procedimientos de la empresa para la que yo trabajo aquí! OMG!)
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1 comentario:
Oye ratita...en España cuando la bomba explotó en Atocha, la gente se comunicó por celulares y no hubo el toque de la saturación. Lo que sucede acá, es que las empresas telefónicas funcionan como comerciales y no como de servicios. Entonces, si no invierten en centrales modernas, las comunicaciones se irán cayendo así hablen tres a la vez. O no sabes que los sistemas de Telefónica se han colgado innumerables veces sin que hayan terremotos. Ya pues...
Otra cosa que empeoró el asunto es que acá, no sé qué iluminado vino con el cuento de que las antenas de celulares dan cáncer. Y entonces hay cucufatas (os) que hacen campaña para que no coloquen antenas en su barrio (como si nunca se fueran a morir). Bien, pero en sus casas todos tienen celulares y paran prendidos de ellos como bebés con mamadera. Y durante el sismo, son ellos que más se quejan por falta de comunicación. Si no hay antenas, cómo michi esperan que haya comunicación.
He dicho, caracho!
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