lunes, julio 23, 2007

Las canciones en el patio trasero de la mente

Me refiero con esto a esas canciones de las que una ya se olvidó que existen, pero apenas una las vuelve a escuchar, resulta que se sabe toda la letra! Hoy tuve una experiencia de ésas, con una canción de Bush (no el presidente de los EE.UU. sino el grupo del actual esposo de Gwen Stefani, la ex No Doubt). Resulta que se me ocurrió poner radio de regreso de mi chamba (porque por tomar café tarde no me dormí en el micro como siempre lo hago) y me encontré con Comedown, de 1995. Ya me había olvidado de que existía la canción en sí (a pesar de que la tengo en mi disco duro, ja, ja!), pero apenas la pusieron en la radio resultaba que me sabía la letra enterita.

Esa época, si bien como todas tuvo sus altibajos, la recuerdo con mucho cariño, a pesar de esas peleas de chicas entre mi hermana, mi prima y yo. Recuerdo que fue una buena época del MTV latino, antes de que comenzaran a pasar rocas y media y cuando todavía se centraban en el rock en cuanto a programación. Me acuerdo que con mi hermana y mi prima esperábamos el bloque de Ruth a las 10 pm para ver los videos alternativos "calentitos". Me acuerdo de la primera vez que vi y oí a Massive Attack, que me causó mucha impresión (casi como la primera vez que vi y oí a The Cure con The Caterpillar en el '83).

A pesar de los bajos (mi hermana la hermana que en ese momento se quería tatuar y quería que yo la autorice, crisis de carrera, entre otros), la década de los noventa, desde 1991 hasta 1999, fue una época muy bonita en mi vida. Aunque ahora que miro hacia atrás, si bien los 2000s han estado plagados de dificultades en el plano material, espiritualmente me siento super feliz: me casé, profundicé mis amistades con personas que hasta ahora considero entre mis mejores amigo(a)s, reforcé los vínculos con mi familia... la verdad que cuánto siento haber ganado espiritualmente y eso es precisamente lo que me mueve hacia esta meta nueva y distinta. Eso me hace recordar que el camino de mi vida tiene todavía pendiente mucho crecimiento y maduración, y que quizás me esperen otras pruebas, que pueden ser duras, pero que me ayudarán a seguir ganando personalmente (si bien no necesariamente de manera material). Esta época me ha enseñado que no todo se obtiene con facilidad sino que requiere lucha y fuerza para seguir adelante, y esa lección es la que llevaré siempre presente para mi próximo desafío. Asimismo, aprendí que no me merezco las cosas de por sí (digamos por mi experiencia, mis estudios o logros profesionales) sino que igual la tengo que pelear... ha sido una gran lección en humildad.

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