miércoles, julio 18, 2007

La finitud

No sé si es la edad de nuevo, pero a medida que una se hace más vieja tiene más conciencia de la finitud de lo que le rodea. No sé si es el accidente en Brasil, Virginia Tech hace unos meses, la enfermedad de alguien que quiero mucho (que a Dios gracias ya está mejor) o qué lo que me ha hecho reflexionar sobre la finitud de nuestras vidas. Quizás eso también me ha hecho reflexionar sobre lo que quiero para mi futuro. De repente ello sea lo que me ha hecho replantear mis prioridades y como dijeron mis estimados U2 hace casi veinte años, "dream it all over again" (de esa frase salió mi álbum favorito, el Achtung Baby, en 1991).

El pensar que esos momentos sencillos a los que antes no prestaba atención pueden desaparecer en un pequeño parpadeo o en el segundo menos pensado me ha hecho valorarlos infinitamente más. El saber que en cualquier momento puedo perder a los que quiero me ha aterrado y me ha hecho querer saborear cada instante a su lado, el vivirlo con alegría (aunque a veces me hagan renegar :D), el saber que eso es lo que construye mi ladrillo como las pequeñas celdas de los panales de abeja. Cosas que parecían antes intrascendentes por perseguir ciertas metas materiales ahora han subido vertiginosamente en mi escala de valores y preferencias. Ahora recién entiendo cómo lo material puede cansar y que no trae satisfacción a largo plazo (más que la emoción del juguete nuevo, que todos lo hemos experimentado de niños). Finalmente he visto que la vida se compone de los recuerdos que te hacen sonreír (y si reviso los posts recientes que he puesto, muchos son relacionados con la nostalgia - nuevamente, no sé si es porque ya llegué a mis 30.5). Compartir y reír junto a los que uno quiere, aunque sea quince minutos, es algo que uno debe guardar en su corazón y usarlo como combustible para cuando la vida te trata mal.

Lentamente he llegado a esta priorización de lo que quiero para mi vida, separándome un poco de lo que me pueden decir o que pueden pensar que es "el camino", gracias a lo aprendido tanto por experiencia propia como por aquella que fue compartida conmigo por mis amigos y familiares; a tomar decisiones que pueden parecer extrañas o incomprensibles desde un punto de vista convencional (y que no quita que sí tenga un poquito de miedo y que en algún momento me vaya a preguntar "y qué hubiera pasado si..." porque creo que eso es humano); a asumir las consecuencias de mis decisiones y a saber que no hay mundo perfecto; que, como me dijeron en la universidad, "no hay lonche gratis" y que todo viene con un sacrificio (por eso el post de la Ley de Intercambio Equivalente).

Enfrento el eterno dilema de corazón vs. razón y sé que la primera ruta es muchas veces, como se dice en inglés, "the road less travelled", pero es la que he elegido, porque sé que a largo plazo me puede dar más felicidad y, para eso, quiero que este blog quede de testigo, para recordar siempre lo que se sufre al tener a los que una quiere lejos. Quiero que cuando el fuego del cariño que siento por mucha gente se sienta debilitar, volver a los sentimientos de soledad profunda y falta de pertenencia que me invaden en estos momentos para poner todo nuevamente en perspectiva.

Si llegara a tener hijos, quisiera decirles que sacrifiqué la prosperidad material y la estabilidad política por que crecieran en un ambiente de cariño (en todo caso, les puedo decir que les evité terapia, ja, ja, ja!); además, odiaría que mis potenciales cachorros crezcan vacíos e influenciados por los amigos de manera negativa. Además, estos gringos que tanto hablan de "family values" son los últimos en practicarlos y los primeros en distorsionarlos. Aquí, la única manera de mantener una familia unida (y a veces ni así porque mucho depende de la formación recibida) es que las mujeres sacrifiquen su carrera, y ése es un sacrificio que no estoy dispuesta a hacer. Prefiero ganar menos pero seguir ejerciendo y a la vez seguir manteniendo mi familia. Ese mito de "have it all" es solamente eso, un mito para generar más presión sobre la gente con expectativas imposibles. Creo que es más razonable ver qué es lo que uno valora más y priorizar dichos valores, por más anticonvencionales que puedan parecer.

Algunos me pueden decir que porque estoy relativamente joven decido esto sin saber las consecuencias al futuro. Parcialmente tienen razón, porque es por mi misma (cuasi)juventud que he decidido el SIG del SISOSIG. No quiero llegar a vieja y sentir que mi vida se fue en sacrificios y tristezas y darme cuenta de que tengo cincuenta, sesenta años y decir "¿en dónde se fue mi vida?" (un poco como en la canción de Once In A Lifetime de Talking Heads). Quiero llegar a mayor y sentir que aproveché mi vida, que le saqué el jugo, y que cuando ya el cuerpo no me dé no sentirme arrepentida de no haber vivido con alegría. Quiero que cuando tenga setenta años tenga un camino de recuerdos hermoso detrás de mí que me haga sonreír como cuando reviso ese soundtrack de mi vida que he puesto en mis posts anteriores. Quiero sentir que grité, que comí, que abracé, que besé, que sonreí, que me carcajée, que salté; incluso que me caí, que me levanté, que lloré, que me fui hasta lo hondo y que salí, que me volví a caer y que me volví a levantar. No quiero una vida anodina y monótona, aséptica como sala de hospital, gris como mañana de invierno de Lima, robótica como un Aibo, falta de sonrisas, reclusiva, aislada... eso NO es lo que quiero para mi futuro. No quiero que "los siguientes días de mi vida" se conviertan en eso. Para cerrar el círculo, quiero que si me coge la finitud en cualquier momento, sentir que aproveché mis momentos con las personas que quise.

Y, un poco "infiel a mis tradiciones", hoy quiero citar una canción pop (oooooh!!!! sacrilegioooooo!!! ja, ja, ja!) que describe buena parte de cómo me siento:

Unwritten - Natasha Bedingfield
I am unwritten, can't read my mind, I'm undefined
I'm just beginning, the pen's in my hand, ending unplanned

Staring at the blank page before you
Open up the dirty window
Let the sun illuminate the words that you could not find

Reaching for something in the distance
So close you can almost taste it
Release your inhibitions
Feel the rain on your skin
No one else can feel it for you
Only you can let it in
No one else, no one else
Can speak the words on your lips
Drench yourself in words unspoken
Live your life with arms wide open
Today is where your book begins
The rest is still unwritten
Oh, oh, oh

I break tradition, sometimes my tries, are outside the lines
We've been conditioned to not make mistakes, but I can't live that way

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