martes, febrero 19, 2008

El reto de hacerse mayor


ADVERTENCIA A LOS POTENCIALES COMENTARISTAS: SI ALGUIEN ME PONE QUE POR LO QUE PONGO EN ESTE POST ME TENGO QUE IR A TERAPIA, ES ALGO QUE YA SÉ Y QUE PIENSO HACER EN ALGÚN MOMENTO DE MI VIDA. NO ME DIGAN COSAS QUE YA SÉ. GRACIAS POR ADELANTADO.

Hoy quería reflexionar sobre hacerse mayor a partir de una noticia del New York Times (http://www.nytimes.com/2008/02/19/us/19suicide.html) que habla sobre el incremento de la tasa de suicidios en el grupo de 45 a 54 años en los EE.UU., a partir de una de las premisas del anime Death Note (si quieres saber el nombre de las personas a las que les quitarás la vida, tienes que entregarle el 50% de los años que te quedan vivir al Shinigami) y a partir de un titular en El Comercio (desafortunadamente perdí el link) donde dice que en lo que va del año ha aumentado el número de suicidios a 28. Es algo que no me extraña mucho, tomando en cuenta lo descartable que uno se hace para el mundo laboral según uno se hace mayor. Llega un momento en el que la experiencia acumulada no sirve de nada y en el que uno es expectorado simplemente por llegar a una edad determinada. Lo peor es que cuando una persona en ese grupo etario es despedida ya le es virtualmente imposible conseguir trabajo, o se ve resignada a conseguir un puesto por debajo de sus calificaciones, experiencia y, obviamente, expectativa de sueldo. Ello trae como corolario depresión, frustración y furia, todo lo cual "se ve mal" de expresar, sobre todo en esa generación en particular. Eso no hace más que hacer que el pequeño copito de nieve de tristeza se convierta en una avalancha de depresión que, como relata el artículo, para muchos termina en suicidio.
Yo he vivido de segunda mano todas las emociones generadas por esta indiferencia y maltrato por parte del mundo laboral (por suerte ningún suicidio, pero sí depresión profunda y un sinfín de conflictos de relaciones interpersonales derivados de la situación) y puedo comprender, casi como si hubiera estado allí, todos los sentimientos relacionados con el "hacerse mayor". Al mismo tiempo, a mí misma me da mucho miedo hacerme mayor. Ya tengo 31 y no soy ninguna jovencita. Mi propio cuerpo, cuyo metabolismo se va cada vez al diablo incrementalmente, no me lo deja de hacer recordar. Así, siento que me queda un número de años limitado de vida productiva en los que todavía puedo soñar en hacer algo con mi vida. Así mismo me da miedo reiniciar mi vida laboral a los 32 (parafraseando el titular de El Comercio del día de hoy, "Iniciar la vida laboral a los 32") en un país donde 30 es el límite para muchos puestos. ¿Seré contratable? ¿Seré empleable? ¿Por cuánto tiempo? ¿Me botarán de un día para otro sin avisar ("como ya soy una viejita basura")?
Lo peor es que dado que el dinero es necesario para cubir las necesidades básicas humanas, el tener un trabajo adecuado que cubra todos los gastos es importante a cualquier edad. Como se verá en los comentarios al artículo citado, la discriminación por edad no es exclusiva a nuestro querido país, como muchos quieren hacer creer (o como muchos piensan por ignorancia). Sin embargo, se piensa que al "tío" o lo mantendrán sus hijos (que muchas veces incluso ni siquiera han comenzado a trabajar) o que ya como está "tío" ya no tiene tantos gastos y que viva con sus ahorros. Cabe aclarar que para los hijos que tienen que mantener a estos "tíos" ello también se convierte en una responsabilidad adicional más allá de las que puedan tener en sus propias vidas (léase terminar de estudiar, iniciar una carrera, pagar una casa propia o iniciar una familia). Ni qué decir de los gustos que se hayan querido dar porque "todavía son jóvenes" -olvídense de ellos y dado que luego ya no serán jóvenes y no tendrán la oportunidad, olvídense de ellos para siempre. Además, ¿y qué de los "tíos" que precisamente son eso, y que no tienen hijos que los mantengan (o aquellos que sus hijos simplemente se zurren en ellos al puro estilo gringo y que poco les importe la vida de sus padres)?
Además, los cánones que impone la sociedad actual ("jóvenes, delgados y ricos") no ayudan a establecer expectativas adecuadas para nadie. Muchos de los "tíos" se deprimen más aún porque ya no cuajan con el molde que impone la sociedad como exitoso. Inclusive, muchos de ellos que tenían metas para su vida ven que "a esas alturas de su vida" ya no las podrán lograr. Ver el declive biológico natural tampoco ayuda. No ayudan las patas de gallo, los rollos, ni la celulitis. No ayudan ni la presión alta ni las úlceras. La salud declinante solamente sirve para exacerbar la depresión.
En este sentido, ¿entregaría 50% de mi vida restante al Shinigami para que me dé su visión? Es una opción atractiva, por decir lo menos... considerando que yo tengo 31 años y que, dados los longevos antecedentes femeninos de mi familia, por lo menos me quedan 50. Que en lugar de llegar a 81 llegue solamente a 56 no me parece nada mal. Ello me ahorraría muchísimas preocupaciones como qué va a pasar con mi empleo, si me voy a poder mantener, si tengo que ahorrar desde ahora hasta el último centavito para poder subsistir a los 85 años, si mi salud estará bien, si seguiré estando lúcida, y cuántas otras cosas más... En serio que no le veo muchas esperanzas al prospecto de envejecer (ni siquiera de hacerme muy mayor). Este mundo se ha vuelto poco amigable con el prospecto incluso de "la mediana edad". Y así, se siguen tratando de hacer descubrimientos para "alargar la vida". ¡Por favor! ¿Quién quiere alargar la vida? Es como la famosa inmortalidad... ¡Dios me libre! ¡Cómo me alegra ser mortal y saber que toda esta vaina se terminará un día de estos!
Si la vida fuese adaptable a las condiciones reales, mi generación debería vivir de manera obligatoria solamente hasta los 60 años. Más allá de eso como que no tiene mucho sentido y debería ser legal y opcional elegir una muerte digna e indolora. Espero que para cuando bordee los 60 (si es que llego) exista la "eutanasia opcional", en la cual uno mismo pueda escoger ser inyectado para pasar al otro lado (¡Dr. Kevorkian, dónde estás cuando te necesitamos!). La verdad que incluso me asustan mis 40s... los veo negros y sin esperanzas. Por eso, pienso tratar de disfrutar mis 30s sinvergüenzudamente, con alegría y desparpajo, porque luego de eso la vida se va pa' abajo (verso sin esfuerzo). Que tenga caídas de ánimo temporales como demostraron los posts anteriores, creo que es normal en cualquier humano. Sin embargo, planeo disfrutar mis 30s al máximo posible, con el menor número de responsabilidades, con el menor número de sacrificios (solamente los necesarios y obligatorios) porque luego todo se oscurecerá. Qué importa que esté gorda, que importa que "tal o cual cosa" reduzca mi esperanza de vida. ¡Efectivamente, quiero reducir mi esperanza de vida! Claro que como puse en líneas anteriores, si hubiera una manera menos dolorosa de reducir mi esperanza de vida sería mucho mejor. Si me pudiera ir en un suspiro a los 50 y tantos, sería un éxito total.

1 comentario:

La Ratita Cuqui dijo...

Veo que algunas personas puedan ver contradictorio el haber recuperado la fe en alguien superior con este post altamente desesperanzador. A pesar de tener fe para mi día a día, no puedo negar una realidad abrumadora en este mundo que desecha personas mayores como si fuesen cáscaras de plátano. Como leí en algún lugar, "desde que se inventó el término 'Recursos Humanos', dejamos de ser 'humanos' y pasamos a ser 'recursos'". A veces me harta el mundo laboral con su competitividad matagente... no sé si en el fondo deberíamos ser menos población de la que somos para tener más recursos para distribuir (sips, soy Malthusiana, ¿se nota?). Espero que en el futuro alguien se dé cuenta... nah, eso no ocurrirá.