lunes, diciembre 03, 2007

Balance de cierre, 2007

(ya sé que aún falta casi un mes para que se acabe el año y que tampoco será mi último post del año -creo, pero sentí las ganas de hacer este balance)

Este año ha sido uno de aprendizaje y de redescubrimiento. No ha sido fácil que las circunstancias me hayan empujado una buena dosis de humildad de la manera en la que se le da remedio a los perritos (claro que tengo que reconocer que haber llegado a donde había llegado en Lima me hizo un tanto arrogante), pero agradezco ello porque ahora veo mi carrera y mis habilidades con otra perspectiva. Sin embargo, por otro lado, tengo mi cierta dosis de inseguridad respecto a lo que pueda pasar si quiero regresar. Me llega saber que va a haber un grupo de gente que va a salir con el "te lo dije", pero y si me equivoco, ¿qué? Me equivoqué pues. Sin embargo, no me quita el hecho de que ahora profesionalmente no sepa a dónde quiero ir. O mejor dicho, sé a dónde quiero ir, pero ya no estoy segura de conseguirlo porque mi escala de valores ha cambiado y ya no estoy dispuesta a sacrificar el resto de mi vida por mi
carrera
. Yo soy una persona compuesta por varios ámbitos, y perder el balance en ellos me ha llevado a la depresión como mi blog lo puede atestiguar. Esta experiencia ha sido bastante dura en términos emocionales: primer ciclo: discriminación y expectativas rotas; segundo ciclo: no valoración de la experiencia laboral y desesperación; verano del norte: soledad y pérdida del sentido; y finalmente, tercer ciclo: robotización, soledad y frío (humano y ambiental). Toda esta sumatoria de falta de balance emocional tan profunda me ha llevado a concluir (sobre todo una
vez lograda la meta laboral) que el dinero no es una panacea para todos los males, y que si bien ahora recibo un sueldo monetario no despreciable en lo absoluto, la remuneración emocional no está allí y el vacío persiste.

Otra lección importante del 2007 ha sido el aprender a no confiar tanto en las personas. Yo solía ver siempre de buenas a primeras la buena intención en el actuar de los que me rodean. Ello se debe en parte a que en los ambientes que he frecuentado desde la universidad hasta que salí a estudiar fuera me han rodeado en su gran mayoría personas de primera, con altos estándares éticos y personales (con ciertas excepciones, pero que eran muy notorias como para otorgarles mi confianza). Sin embargo, este es un mundo más variado y diverso, en el cual ni por compartir ciertos aspectos comunes uno debe creer en la palabra de las personas. Finalmente, la actitud en distintas circunstancias es la que demuestra la verdadera calidad de aquellos con los que interactuamos. Juegos de política, de popularidad, de visibilidad... son cosas a las que yo no estaba acostumbrada y en las que he terminado inmersa por las circunstancias desenvueltas en este año. Sin embargo, el atravesar esta crisis de confianza casi sola frente al mundo (porque casi todos aquellos de los que nunca podré dudar de la confianza se encuentran muy lejos de mí) ha sido duro y desgastante.

Algo que tengo que rescatar con fuerza del 2007 es el haber recuperado la fe en alguien superior. Cuando me sentí muy abandonada en medio de una de las peores depresiones de mi vida, las cosas comenzaron a cambiar en el momento en el que recurrí a la oración. Asimismo, el continuar en ese camino de comunicación espiritual me ayuda a seguir de alguna manera en este rumbo de inversión (porque ya no lo puedo ver de otra manera) que, por lo menos, tiene doce meses más hacia adelante. Yo sé que en parte ya ha rendido frutos con mi trabajo actual (que ha sido una buena experiencia dentro de todo) y aunque el futuro se presenta incierto, me está ayudando a cumplir el sueño (mío y de mis padres) de lograr una maestría en el extranjero. El conversar noche a noche en lo más hondo de mi alma con Dios me ha permitido no sentirme tan sola y tener "un cachito" de esperanza en que ese futuro incierto no sea tan malo como yo lo temo (el por qué soy pesimista es motivo de otro post larguísimo). Además, me da muchas fuerzas para seguir en esta lucha, en este camino hacia arriba de esta montaña empinadísima, el cual a veces parece inacabable y eterno... pero lentamente van pasando los meses y cada vez estoy más cerca de la cima.

La lección más hermosa de todas ha sido el aprender a valorar a los que amo y me aman. No existe felicidad comparable a saber que uno está rodeado de cariño de verdad, desinteresado, incondicional; no hay como saber a ciencia cierta que en buenas y malas estarán aquellas personas, pocas pero fieles, para apoyarte, hacerte reír, darte ánimos y ayudarte. Es distinto que sean personas que, citando a Morrissey y a Muse de alguna manera, "care if you live or die", de las cuales no me acompaña ninguna en este lugar (aquí a todo el mundo le es indiferente por completo si vivo o muero; es más, seguro que nadie en los Torontos se entera si me muero hasta ya pasados varios días... es más probable que la gente de Lima se entere primero si me morí). La indiferencia frente a mi simple existencia y presencia refuerza mi soledad y me hace entender con claridad lo que en realidad es sentirse apreciado.

Además aprendí a valorar las pequeñas grandes cosas como tener acceso a una alimentación nutritiva y a una salud eficiente. Son cosas tan básicas que cuando uno las tiene al alcance de la mano ni cuenta se da de que están ahí, pero cuando uno las pierde descubre cuánto alteran su equilibrio personal... ese tema de "la salud es importante" que nos machacan las abuelitas y las mamás y nosotros nos reímos finalmente cobra su real importancia cuando uno no tiene salud o la tiene permanentemente en riesgo.

Tantas lecciones me han hecho sentir que el 2007 ha sido un año más largo de lo normal. Espero tomar debida cuenta de todo lo aprendido y utilizarlo sabiamente hacia el futuro. Sé que el próximo año será prácticamente de inversión y que no debo esperar grandes alegrías ni ilusiones del mismo (solamente más y más trabajo, más y más esfuerzo, más y más sacrificio), pero solamente tengo que creer que toda esta famosa inversión dará sus frutos en el futuro y que me sentaré a recordar los dolores y diré "valió la pena". Claro que en estos momentos siento que ha valido la pena todo lo que he podido aprender en el año, que para mí representa más que lo aprendido en la maestría (que ha sido más un reforzar lo que ya sabía que otra cosa). Sin embargo, quiero llegar a ese momento en el que uno mira para atrás con satisfacción las experiencias duras como la piedra de base para alcanzar las metas... espero que exista ese momento en el que lo pueda hacer y que mi vida no se convierta en una continuación conformista o resignada de mi situación actual.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Srta. Cuqui buenas tardes, yo al igual que Ud. vengo recopilando en la medida que me otorga el tiempo, rankings y canciones de D9. Principalmente incido en los ranking del 90 para estos años. Si desea podemos compartir archivos, cuando no videos de las canciones. Espero acepte.

gmorote@gmail.com

Anónimo dijo...

hola cuqui buscaba la manera de hacer un balance emocional y he dado con el suyo realmente expresa todo lo que siento le admiro por su humildad y fortaleza de decir las cosas tal y como suceden ojala y que este 2008 logre la mayoria de sus objetivos, felicidades.

jcruz dijo...

hola cuqui solo deseaba expresar la admiracion que me causo tu reflexion eres sincera y admirable que en este 2008 alcances todos tus objetivos.
felicidades.

La Ratita Cuqui dijo...

Gracias a todos los que me comentaron tan bien este post. Recién hoy, luego de altibajos de tiempo, tengo un periodo prolongado de descanso como para responder (además de mi característico insomnio de los martes). Disculpen la demora.