domingo, mayo 27, 2007

Algunas reflexiones varias

Pequeñas lecciones aprendidas:
- La pasión por lo que uno hace es fundamental y determinante en relación al enfoque que uno tiene de su trabajo. Lo digo como contraste de lo que vengo observando en este proyecto: Por un lado, el gerente de la empresa cafetalera lleva café en vez de sangre en las venas, y quiere llevar adelante la empresa a pesar de las inmensas dificultades a las que se enfrenta. Por el otro, una de las personas que enviaron del extranjero de la ONG que está ligada al proyecto dice que "ni siquiera le interesa aprender de café" (lo que me parece paradójico si es que esta persona ha sido designada con la responsabilidad de supervisar y coordinar el proyecto).

En mi caso, que estoy siemplemente ayudando, siempre hubo sentimientos encontrados en relación con esta práctica. Por un lado, sí sentía el agradecimiento por haberla conseguido y que sea mi primer escalón en la "experiencia canadiense", pero por el otro, no sentía esa pasión, ese gustito, esa fuerza que sí me impulsaba cuando era consultora en Lima. En los momentos más complicados, en los que parecía venirse todo en contra (ya sea por el cliente o por fricciones internas), seguía el fuego que me motivaba a construir y a llevar adelante no solamente mi proyecto sino el área donde trabajaba. Se puede decir que es bastante similar a lo que ocurre en las relaciones: a veces hay momentos bajos, de desacuerdos, de peleas y de intolerancia, pero el sentimiento que uno alberga por la persona que quiere ayuda a superar esos momentos y a mirar más allá de esos problemas que nunca faltan. Siendo sincera, no siento esa motivación y en parte lo siento más como una obligación. Lo único que quizás me incentiva de alguna manera es lograr que los productores de la zona puedan progresar y tener una fuente constante de ingresos gracias a la empresa. He visto las ganas de crecer en muchos de ellos y eso ha sido el aliciente para seguir con lo que hago.

- ¿Desarrollo Internacional? (¿o qué es esto?). Con mi participación en este proyecto me he vuelto más escéptica del tema de desarrollo internacional, el cual siempre se ha presentado del lado más altruista y de buena voluntad. He descubierto que las oficinas locales de estas instituciones son las que ponen la fuerza, las ganas, y el recurso humano de calidad y que las oficinas en los países desarrollados no ponen más que suspicacias e intereses extraños, además de poca claridad en relación con lo que quieren sobre el proyecto. Ni hablar siquiera de la calidad de la mayoría de personas que trabajan en la misma! Lo peor en este sentido es esa sensación de superioridad, de "lo sé todo", con la que llegan las personas de dichas oficinas. Esa falta de humildad y de deseos de aprender es lamentable. Además, ya en el nivel personal, el grado de falta de comprensión de ciertas situaciones personales particulares es desastroso, y lo más triste es el ver cómo personas que dicen trabajar para instituciones de desarrollo internacional se tratan de aprovechar de los que están en el peldaño más bajo en términos monetarios y que no cuentan con los mecanismos de defensa adecuados frente a abusos.

En este sentido, me molesta muchísimo la actitud de algunas personas que provienen de países desarrollados frente a aquellas que vienen de países en desarrollo. Piensan que como uno ha nacido en un país que aún no ha crecido en términos de indicadores, que uno está atrasado respecto a todo y que no tiene conocimientos. Esa actitud paternalista, condescendiente y estereotipante (porque hay muchas oportunidades que se cierran en dichos países a pesar de que la experiencia que uno pueda tener supere la de ellos mismos) fastidia a cualquier profesional que ha ganado a pulso y esfuerzo toda la experiencia acumulada. En el caso de estas organizaciones sobre desarrollo internacional, ni siquiera se dan el esfuerzo en ver cómo funcionan realmente los negocios antes de querer exigir rentabilidad y autosostenimiento a las empresas en el campo. La falta de ganas de querer aprender y aceptar que los modelos pueden ser distintos y de adaptar el negocio al medio es más que triste.

Espero que el que yo he vivido sea un caso sui generis y que quizás otras oficinas de desarrollo internacional en otros países desarrollados no mantengan la actitud de la oficina con la que me ha tocado lidiar.

sábado, mayo 26, 2007

Cross-posting (almost): Ser peruano en el exterior

Mi comentario en el blog del Comercio:

Hola a todos:
Yo también soy una peruana en el extranjero (llevo ya casi 10 meses, aunque intercalados con dos regresos a Lima) que dejó una situación cómoda, un estatus profesional alcanzado con mucho esfuerzo y una familia cariñosa por la superación profesional y una promesa de estabilidad. Dios ha sido grande y me ha dado mucho en mis pocos meses fuera (otros peruanos que me acompañen en mi maestría y una práctica para insertarme en el mercado laboral), pero no quita la dificultad de integrarse a otro mundo, por lo que comprendo a la perfección al autor del post (que casualmente es de mi generación).

Un par de cosas me han llamado la atención de los comentarios anteriores. Alguien ya ha destacado la ironía de la frase "Qué suerte que te vas". Es cierto, ya que estando fuera una comienza a pensar si efectivamente es suerte o es simplemente otra puerta abierta, en la que uno puede encontrar de todo (incluso aspectos que no pensó hallar, como el compadrazgo o padrinazgo del cual muchos acusan al Perú). Duele volver a comenzar desde cero cuando una ya había construido una carrera en Lima con mucho esfuerzo y dedicación. Hiere el orgullo el tener que dar dos pasos atrás para dar tres pasos adelante (que espero que se hagan realidad... yo ya di mis dos pasos atrás). Y lo que duele infinitamente es tener que dejar a los que uno ama y que mantienen su corazón calentito (con diminutivo, más peruano :) para integrarse a una sociedad bastante más fría y, en mi caso, aburrida (por suerte yo cuento con el gran grupo de estudiantes internacionales que hacen divertida la maestría).

Sin embargo, como (otro comentarista) ha mencionado arriba, es importante saber (o definir cuando uno está fuera) por qué se está migrando y convertirlo en una meta. Ello es esencial porque es lo que permite luchar en los momentos de mayor nostalgia. Creo que todos (o casi todos) los peruanos fuera hemos tenido esos momentos en los que extrañamos "el cebichito en la playita", la juerga de los sábados, las largas conversas con los amigos, la comida de mami y nuestro chicharrón con tamal de los domingos (con su pancito francés más) en los que caemos en una cadena de melancolía porque del cebichito pasamos a la mancha y luego a la familia y (en algunos casos más dolorosos) al cónyuge o a los hijos. En esos momentos, recordar por qué hemos tenido que abandonar nuestro país nos hará renovar el espíritu de lucha que nos dio la valentía de salir de nuestra tierra (porque no es fácil, ni para el que se va con trabajo y una mejora monetaria asegurados porque, como ya dijo alguien más en este blog "existen cosas que el dinero no puede comprar"). En algunos casos (los más temporales) nos dará la esperanza hermosa de que cada día es un día menos para regresar a nuestro Perú y en otros nos reafirmará que vamos por la dirección correcta, porque es lo mejor para nosotros o nuestra familia.

Por otro lado, sobre lo que impide hacer que algunos de los del Quinto Suyo volvamos es el miedo a regresar a un país que no pueda tomar una senda de progreso. Y en eso tiene mucho que ver cómo se educa a las futuras generaciones, ya que mientras se siga inculcando la viveza como un (anti)valor a l@s niñ@s del Perú, lo único que logramos es frenar el crecimiento potencial de nuestro país. Mientras se siga retratando al que cumple la ley como "monse", la institucionalidad de nuestro país seguirá sufriendo e incluso la convivencia diaria será dificultada (¿quién no ha sido cerrado por un Tico?). Creo que como se está haciendo una campaña por la puntualidad, en algún momento también se debería hacer una campaña antiviveza, por más "politically incorrect" que esto pueda ser. Debería ser una iniciativa nacional, y si no viene del Estado, una de las pocas empresas que aún mantiene iniciativas de responsabilidad corporativa debería promoverla.

Saludos a todos los peruanos, dentro y fuera de nuestra Patria.

jueves, mayo 24, 2007

Un cortito: Nostalgia en Honduras

Dado que mi corto presupuesto ya no me alcanza para almorzar en Honduras, me he comprado una super bolsa de galletas para sobrevivir mi falta de almuerzos. Resulta que encontré las galletas Frac de Costa que las conocía de haberlas comido en Lima. Nunca me había fijado en la procedencia de las mismas. Ayer, dándole vueltas y tonteando con el paquete, descubrí que las hace Molitalia en Lima!! Me entró la nostalgia y me las comí con más alegría :) Extraño a mi querida ciudad y a su rica comida!!

viernes, mayo 18, 2007

Bichos (aventura miniatura)

Algo a lo que todavía no me acostumbro es a tener que lidiar con tanto bichito tan frecuentemente en mi trabajo... digamos que sí, anteriormente me han tocado invasiones particulares en unas fechas determinadas (no voy a dar detalles, pero he tenido dos invasiones, una más desagradable que la otra) pero no a diario. Es la primera vez en mi vida que me toca ponerme repelente para venir a trabajar. Hoy acabo de espantar una hormiga.... de mi laptop!! El martes que vine por primera vez los zancudos me dieron curso sin asco. Y encima, sigo en el aburrimiento de no tener nada que hacer en particular... sigo esperando y esperando a ver si viene la persona con quien tengo que coordinar y nada. Creo que me hicieron el avión; qué mal!

Desde Honduras

Hoy escribo desde San Pedro Sula, Honduras (y me he dado cuenta de que he andado desaparecida de mi blog por buen tiempo y que tengo que hacer mi crónica de viaje de Cuzco!), donde estoy en mi semana inicial en mi práctica de mitad de MBA. ¿Por qué en SPS? Es una práctica de desarrollo internacional con una ONG. Sin embargo, tengo que empezar ya con mi plan de trabajo y lamentablemente la persona con quien tengo que coordinar no se encuentra aquí por otros motivos de trabajo, así que estoy con un cuello de botella sin poder avanzar nada. Dado que estoy recontra aburrida y que se puso a llover a cántaros, me acordé de mi pobre blog desactualizado.

Es una pena, pero la ciudad es más cara de lo que yo esperaba y no cuenta con alternativas baratas (o no me las han presentado, no estoy segura). El presupuesto de estudiante y el estipendio que recibo no alcanzan para cubrir ni siquiera dos comidas al día. Tampoco hay muchas alternativas si uno quiere comer saludable (u ordenas especialmente o comes ensalada - digamos que más allá de eso no hay). Lo que me sorprende es que tampoco he visto ningún supermercado hasta ahora (solamente una bodega en el camino del hotel al trabajo, pero nada más).

Es una pena también que no haya nada muy atractivo en la ciudad en términos turísticos, y que de noche sea un poco preocupante salir porque las calles son bastante solitarias (y eso que yo estoy ubicada muy cerca del centro de la ciudad) y salen personajes extraños (Resident Evil! again!), al menos por donde está mi hotel. Y lo peor es que a partir de mañana no tengo ni idea de dónde me voy a quedar... mi alojamiento está poco claro hacia los días que me restan de práctica. Bueno, para esto, desde antes de venir, no sabía ni siquiera dónde me iba a alojar (pero por suerte el hotel que me tocó está bastante decentón; su único problema es su irregular señal de Internet inalámbrica).

Espero que en los días que quedan pueda encontrar algo turístico en la ciudad como para visitar y agregar a la Ratita Cuqui para no solamente mostrar el lado negativo de la misma... de repente es porque éste es un viaje de trabajo y una no tiene tiempo de explorar la ciudad como se debe.