sábado, mayo 13, 2006

Crónica de viaje: San Andrés, Colombia - Día 3

Nuestro tercer día en San Andrés comenzó relativamente temprano (8 am) y, aprovechando el tiempo, decidimos comprar zapatillas impermeables. Fue muy buena decisión!! (más abajo describiré por qué).

Para ese día (domingo) nos habíamos inscrito en un tour llamado Acuario - Johnny Cay, que había sido altamente recomendado tanto en la isla como antes de partir. Para ello, había que caminar hasta el muelle, que estaba como a 2 cuadras del hotel. La salida fue muy rápida, ordenada y puntual, lo que vale resaltar.

La primera parada fue la isla denominada Acuario (el camino fue muy corto, menos de 15 minutos), donde nos explicaron que se podrían ver a los peces nadar en el mar en una profundidad muy baja buceando o incluso solamente metiendo la cara al agua con una máscara del tipo snorkel. Para ello, nos ofrecieron alquilar casilleros para guardar nuestras cosas y también máscaras snorkel para los que las deseaban. Luego de acordar la hora de regeso (11:30 am), nos dejaron libres para observar los peces. Salimos entonces del pequeño restaurantito donde nos dieron la charla y ¡oh sorpresa! descubrimos que efectivamente, el suelo del "Acuario" era rocoso y que si no hubiésemos comprado las zapatillas marinas, nunca hubiéramos podido pasear por la playa tras los pececitos de colores dando vueltas por la zona de mar bajito que cubre esa parte de la isla.

Ésta fue la parada más interesante y divertida, donde estuvimos muchísimo tiempo observando los pececitos. Tan entretenida fue esta isla que la Ratita Cuqui se olvidó de que estaba con su reloj muy citadino y se puso a bucear con él (hasta darse cuenta de que lo tenía puesto), detrás de pececitos de colores. No solamente seguir a los pececitos era divertido, sino que también el agua azul de distintas tonalidades era interesante de ver. Había también diferentes profundidades, lo que permitía ver peces variados (incluso un tiburón! pero el pobre estaba echado, tranquilo bajo una roca -creo que no conocía otro mundo que su roca y los pececitos amarillos que los rodeaban). Las fotos serían mejores si hubiese tenido una cámara acuática :( pero al menos algunos pececitos se dignaron a posar para la cámara como el que se encuentra en la foto.

Luego de jugar con los pececitos y pasear por la playa (había también gente que ya no quería ver pececitos y se tiraba al sol), salimos a la isla llamada Johnny Cay. Llegamos cerca de las 12 m en la misma lancha que nos llevó a la isla anterior. Ahí nos recibió un patita rasta que nos explicó cómo funcionaban los servicios en la mini isla (guardado en casilleros, mini barcito, restaurante -donde solamente vendían el pescado con arroz con coco, que se veía rico pero que no probamos, y los pequeños puestitos de artesanía y las clásicas fotos). Luego nos dejaron libres para pasear y nadar en la playa, con la opción de salir 1:30 pm o 3:00 pm.

Si bien la playa, en términos de área de arena, es pequeña, es conocida como la más bonita de San Andrés. En ella se pueden ver los distintos colores del mar de San Andrés (los famosos siete colores que se presentan en el mirador). Cuenta también con las famosas arenas blancas que distinguen a las playas de esa zona del Atlántico. Además, las palmeritas le dan todo ese aspecto de paraíso tropical (referencia Pokémon - canción Brock :P). El mar tiene las suficientes olitas como para que sea divertido bañarse en él. Ah, eso sí, el agua es bastante salada y es mejor llevar lentes acuáticos para evitar irritaciones oculares. Por otro lado, para los interesados, hay bananas y botecitos con fondo de vidrio para pasear. Si no, flotar en el mar panza arriba también es una buena opción :) Por último, se puede dar vueltas por la isla (que es chiquita) para ver la parte de "vegetación" que cubre la parte de atrás de la isla. Como paisaje, es realmente precioso. Tiene muchísimos lugares de ésos que solamente aparecen en "calendarios caribeños" o en los salvapantallas de playas.

Luego de 1 hora y media, regresamos nuevamente al muelle (para llegar a almorzar, si no nos quedábamos sin almuerzo y finalmente hubiéramos tenido que comer solamente snacks). Luego de un abundante y delicioso almuerzo buffet, y del descansito respectivo, decidimos utilizar el servicio que brinda la cadena Decameron de transporte entre hoteles. Nos habían dicho que la mejor playa de la cadena se encontraba en el hotel Decameron Isleño, por lo cual decidimos ir para allí a conocerla. Luego de una ida de aproximadamente 7 minutos en un taxi, llegamos con nuestra toallita azul a la playa. Tuvimos la suerte de encontrar un pequeño toldito con dos sillas vacías como para dejar nuestras cositas e irnos al mar. En esta parte el mar es incluso más relajado (pero se hace más profundo más rápido) y se puede estar mucho rato dentro de él; tanto así, que había gente que incluso se ponía a conversar y se quedaba como si fuera un bar mucho, pero mucho rato sumergidos. Además, como se puede ver en la foto, se observa hacia el frente directamente la isla de Johnny Cay. Nuevamente se pueden apreciar los distintos tonos de azul y turquesa del mar caribeño.

El regreso al hotel no fue tan suave como la ida. Para el regreso, vino a recogernos la misma "chiva" del día anterior, la cual se llenó al toque y dejó a varios pasajeros sin transporte (incluyéndonos). Sin embargo (y para suerte nuestra), a los que nos quedamos varados nos mandaron en taxi, lo cual fue mucho más cómodo y rápido que ir con la famosa chiva (y con menos probabilidad de golpe :D). Luego de una bañadita y una mini descansada, nos fuimos a cenar al restaurante de pescados y mariscos del hotel. En este punto, quiero aclarar que para cenar en cualquiera de los restaurantes se debe reservar obligatoriamente. El primero que se acaba es el de parrilla y luego el de mariscos. Éste último resultó bastante bueno. Sirven unos platos bastante grandes y tenían opciones relativamente "gourmetosas".

Luego, nuevamente nos fuimos al show y... a prepararnos para empacar. ¡Qué rápido pasó el tiempo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

BUENA DESCRIPCIÓN RATITA CUQUI, VOY A SAN ANDRES ESPERO ME SIRVA TUS RECOMENDACIONES, ASÍ QUE COMENZARE POR COMPRAR LAS PANTINAS PARA AGUA Y LOS LENTES DE H2O, DEBE SER RECOMPLICADO ESTAR CON LOS OJOS IRRITADOS POR LA SAL.
MUY INTERESANTE Y CLARA TE AGRADEZCO RATITA, TE CUENTO CUANDO VUELVA SI ME PARECE =
GRACIAS
SIGUE VIAJANDO, PARA SEGUIR TUS HUELLAS.
SUERTE.
PILY