sábado, enero 26, 2008

Y siguendo con la comida...

...ahora tenía que referirme necesariamente a mi estancia limeña. Quería hacer referencia a un restaurante muy simpático en Barranco, en la Av. El Sol: La 73. Inspirado en un tema de "micro" (los carteles están escritos con esas letras clásicas de las rutas de los micros, tienen los carteles adhesivos esos de las combis -sips, esos que "les pasan babita" para que se queden pegados, y tiene un estilo medio antiguo simpaticón), este restaurante ofrece un ambiente muy bueno como para quedarse conversando con amigos por un montón de tiempo. Hay que notar que no solamente se limita al tema de los alrededores. La 73 ofrece comida rica y novedosa, tal como sus Ravioles Raimondi, con espinaca y zanahoria en salsa de mantequilla y alcaparras (ver foto aquí abajo). Escogimos acompañarlos con un rico té helado de cedrón y mandarina, que es el más rico de las tres variedades que ofrecen en el restaurante.

Otro plato que también merecce una mención es el lomo con quinotto de queso azul y salsa de membrillo. La combinación del dulce meloso del membrillo y del sabor rugoso y algo añejo típico del queso azul, sumada a la textura del quinotto y el ahumado del lomo a la parrilla, logra un impacto en el paladar curioso e interesante.
También ofrece variaciones de platos tradicionales como los churros con salsa de chocolate, postre que destaca por ser uno de los más ricos de la carta (en humilde opinión de la Ratita Cuqui y su familia). Incluso salió en "La Aventura del Churro" de Gastón Acurio (hay que reconocer que la aventura tuvo su contribución en que nos hayamos decidido por el postre, aunque el probarlo en la vida real no hizo más que confirmar nuestras hipótesis sobre el sabor).

Como se puede observar en las fotos anteriores, las porciones también son bastante "generosas" (para citar a Gastón, continuando la onda de la Aventura Culinaria) de modo que uno sale bastante satisfecho de toda la travesía. Nosotros incluso tuvimos que compartir el postre porque ya luego del plato no había mucho sitio. En este sentido, lo bacán es poder ir con un grupo grande de familia o amigos para probar los distintos platos de su carta. En conclusión, se trata de un lugar bastante recomendable, cuya variedad alienta a regresar muchas veces.

De vuelta!

Luego de una maravillosa estancia en Lima (de la cual postearé algo dentro de muy poco), la Ratita Cuqui volvió a Toronto. Esta vez ya por fin se encuentra a tiempo parcial en el MBA, con lo cual su tiempo libre se ha ampliado considerablemente. Por ello, se dio el espacio de tomarle foto al Dolsot Bibimbap que disfruta de cuando en cuando por estas frías tierras (y que realmente hacen la vida mejor como describí en este post en diciembre), el cual viene literalmente hirviendo. Se puede escuchar cómo suena la comida en el tazón simpático de piedra donde vienen todos los vegetales coloridos y el arroz calentito. Claro que la clave de este plato es la salsa coreana de chili, que le da un sabor impresionante.